Los escribas con frecuencia debatían la cuestión de cuántos serían salvos, y alguien pidió a Jesús que expresara su opinión. Como con la cuestión acerca de a Pilato, Jesús inmediatamente hizo el asunto personal. “La pregunta no es cuántos serán salvos, sino ¡si tú serás salvo o no! Primero resuelve eso, y luego podemos debatir lo que puedes hacer para ayudar a que otros se salven”. A veces recibo “cartas teológicas” de radio oyentes que quieren discutir sobre la predestinación, la elección y otras
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